Escritos

Parasiempre

Por |2018-03-23T22:14:44+01:009 de marzo, 2018|Blog, El Guerrero Interior, Escritos|

Hoy he recordado mucho a las mujeres de mi vida con amor y admiración. Mujeres de una pieza, llenas de amor, de verdadera presencia. Las del pasado, las del presente, las que se están haciendo. Las que me inspiraron conscientemente, las que sólo pude ver bien cuando fui capaz de madurar. Las que me enseñan día a día mientras las veo hacerse mejores y más sabias y aquellas que me siguen dando luz a medida que aprendo a tomar ahora lo que me dieron hace mucho.

En la oscuridad

Por |2018-02-12T13:01:08+01:0012 de febrero, 2018|Blog, El Guerrero Interior, Escritos|

Nunca hace falta más disciplina que en tiempo de paz. Por eso, ella sigue explorando en el ver y no ver, perdiendo el terreno de lo acostumbrado para conocer con más profundidad. Torpemente, al principio. Arriesgándose a no ver llegar. Descubriendo cuánto puede captar que le pasaba desapercibido, cuanto puede centrar que se le dispersaba sin remedio. Buscando tomar, al fin, la capacidad de ver las cosas como son.

Una de esas personas

Por |2018-01-21T20:05:50+01:0021 de enero, 2018|Blog, El Guerrero Interior, Escritos|

La guerra y la posguerra se acaban cuando pueden mirarse con amor. Cuánto valor y perseverancia se necesitan para hacer eso. Cuánta humildad para desearlo. Y cuán traicionados se sentirán todos aquellos que, heridos o indignados, contaban con nosotros para seguir doliéndose, quejándose y odiando. Un guerrero construye la paz verdadera y la paz verdadera no deja fuera a nadie. Lucha por, para, no contra. La paz verdadera es difícil. Ganamos todos pero, en ese salto a ciegas en el que aún no se ve su forma, exige que todos estemos dispuestos a perder.

Día de Reyes

Por |2018-01-07T03:25:21+01:006 de enero, 2018|Blog, El Guerrero Interior, Escritos|

Para qué todo esto durante tantos años... Para que los niños aprendan y nosotros no olvidemos jamás. Y para que consigamos, vez a vez, asimilar cómo se hace. Porque llega un día muy importante, muy feliz, en el que regresa. Porque ese día no podemos provocarlo pero a menudo hay que prepararlo y es bueno que sepamos la manera.

Un Ángel a Destiempo (Cuento de Navidad)

Por |2017-12-23T14:05:36+01:0022 de diciembre, 2017|Blog, El Guerrero Interior, Escritos|

Está claro que no hace falta; sin embargo, quiero empezar diciendo que esto es un cuento: un relato de hechos inverosímiles que les suceden a unos personajes creados. En el caso de que a alguno de vosotros, al leerlo, le parezca otra cosa, es posible que se deba a que tiene un contacto lamentablemente pobre con lo real o a que conoce al ángel de la Navidad, pero eso es asunto suyo…

Tikún Olam. La Reparación y la Mirada

Por |2017-12-04T17:12:35+01:004 de diciembre, 2017|Blog, El Guerrero Interior, Escritos|

Si la mirada no se cura, nada se cura. Y la mirada abarca el pasado, el presente y el futuro. La mirada de amor nos cura y cura al mundo. Pero, si la mirada está enferma, todo se vuelve hostil y deformado, dentro y fuera de nosotros. El Guerrero no ve monstruos, personajes ni parodias: ve gente de verdad. Verla es la única manera de encontrarse con ella, de volverse real en un mundo real y salir así de un cuento de fantasmas. Y es con la realidad y con la gente con quien se puede levantar la paz.

El Salto del Corazón

Por |2017-10-31T00:30:12+01:0030 de octubre, 2017|Actividades, Blog, El Guerrero Interior, Escritos|

Es dífícil tener corazón. A las primeras de cambio, lo sustituimos por las tripas y ni siquiera nos damos cuenta. Al fin y al cabo, todo sabe a pasión. Pero no se parece en nada. En nada. Sólo cuando estamos locos confundimos los sabores. Se puede tener a la vez corazón y miedo, pero no sacar el corazón del miedo porque correr tamaño riesgo con consciencia sólo puede apoyarse en el amor.

Quise firmar la paz, pero no pude

Por |2017-10-17T02:16:26+02:0017 de octubre, 2017|Blog, El Guerrero Interior, Escritos|

No creo que pueda llegar a tener el corazón en paz, a favorecer la paz a mi alrededor, si no logro armarme de un valor, un amor, una resolución, una tenacidad y una serenidad mucho mayores que los que me hacen falta para lanzarme a esas grescas que, como a tantos o como a todos, me llaman. Tenerlos muy bien puestos. Particularmente bien puestos.

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