Dante y Beatriz - Waterhouse

Dante y Beatriz – Waterhouse

Hace un par de días compartía una canción en Facebook (Dante’s Prayer, de Loreena McKennitt) y algunos de vosotros me señalabais la tristeza que os transmitía. Y, curiosamente, esto me llamó la atención porque, sin negar la tristeza que esta canción desprende, lo que a mí más me cautiva es la manera en que esta profunda amargura se acompaña de un atisbo de rendición, una esperanza de esa serenidad que se encuentra a veces tras el llanto amargo, la promesa de paz tras la rendición total cuando finalmente tengamos el valor de bajar la espada y sumergirnos en ese lugar tenebroso que desde San Juan de la Cruz los místicos vienen llamando la noche oscura del alma.

Y, tras la rendición, algo parecido a una sublime belleza del encuentro íntimo con… aquello que sea que uno se encuentre más allá de la entrega, al otro lado de la oscuridad. Hay tristeza y amargura, por supuesto, en la medida en que hay renuncia pero también una promesa de reposo, fin de la lucha y finalmente, la paz… aunque eso implique una cierta muerte, en algunos casos literal.

La canción está maravillosamente inspirada en «La Divina Comedia» de Dante y esta plegaria no es sino un canto (o quizás un lamento) de amor que se eleva a través de la que fue su amor platónico en la vida real, Beatriz Portinari, convertida aquí en una fuente de inspiración para el amor que es entonces capaz de trascender la razón y elevarse más allá de la angustia existencial hasta alcanzar la unión con Dios.

Todo ello delicadamente expresado en la preciosa voz de Loreena McKennitt. Aquí os la dejo traducida.

Que el amor nos dé la fuerza para adentrarnos en la oscuridad, allí donde el coraje no alcanza.

David Magriñá