Lo verdadero
Sólo lo que es verdad tiene fuerza. Y, hay que decirlo, la tiene toda. Perdidos en nubes de consignas y leyendas, alargamos la mano aferrando la nada, asidero que, a la hora de lo cierto, cuando la vida se pone innegociable, se deshace como arena y descubrimos que somos quienes no creíamos ser. El Guerrero se entrena para mantenerse real, flexible y sólido. Nada de eso se sustenta sin voluntad ni consciencia, sin elección personal. ¿Acaso elegimos lo que queremos cultivar? Sí, pero únicamente entre lo que es verdadero.