Padre e hijo

Mi padre y yo el día de nuestro primer encuentro

Hoy es el día del padre. Y como cada año, vienen a mi mente dos recuerdos: la canción de Cat Stevens «Father and Son» y, como no, el día en que mi padre y yo nos conocimos, por fin, después de una larga búsqueda.

Os confesaré un secreto: Ser hombre es un camino cansado y difícil, especialmente en estos extraños tiempos que corren. Pero, sobre todo, es un camino especialmente solitario. Se habla mucho de la ausencia, de la lejanía, de la herida. Pero se habla más bien poco de la frecuencia con que se da ese sentimiento íntimo que es la soledad, por el mero hecho de haber nacido hombre. Así, el encuentro entre dos hombres es, a menudo, el encuentro entre dos soledades. Al menos, así es como yo lo vivo. Y así es como lo viví en su momento con mi padre.

Sí, hoy es el día del padre. Pero no del padre idealizado que tanto deseé e imaginé. Hoy es el día del padre real. Del que tuve. Del que fue. Del que se marchó pero se dejó encontrar. Del que no estuvo al principio pero quiso estar hasta el final. Sé bien lo dolorosa que fue su ausencia y las heridas que dejó. Pero también sé que la vida misma nos va cubriendo el cuerpo y el alma de cicatrices. Es lo que somos. Por eso es importante, por no decir inevitable, aprender a tomar las cosas como son.

Respecto a la canción, sólo decir que me acompaña desde hace muchos años, evocándome infinidad de momentos, algunos más reales, otros simplemente deseados. Pero todos ellos profundamente significativos.

Va por ti, padre. Bendíceme desde allí donde te encuentres.

David Magriñá