Vigilia de Reyes
Recuerdo cómo, de niña, el sentido de esta noche estaba claro. Era un trato. Ellos transformarían la mañana del seis de enero en la más inolvidable de las vivencias porque nosotros, día a día, durante el resto del año, elegiríamos la valentía, la generosidad, el amor, la fuerza, el riesgo, la delicadeza... No siempre, ni de un modo perfecto: simplemente lo mejor que supìéramos. Nosotros éramos pequeños, pero en nuestro compromiso con ellos nos hacíamos dignos y grandes.