Dedicado a los magníficos guerreros con los que el pasado fin de semana del 27 al 29 de agosto realizamos el 19º viaje de El Guerrero Interior, travesía siempre nueva y siempre distinta. 

Mujeres y hombres de profunda belleza, de transformadora honestidad. Gracias por lo disfrutado, lo arriesgado, lo aprendido…

Ya sabéis de qué hablamos. Y aunque sea imposible recogerlo todo, dejamos aquí una pequeña instantánea.

Un fuerte abrazo.

Rosa y Marian

 

Ilustración de Christian Schloe

 

Tiene a veces la resistencia indoblegable del hierro. O la forma ligera de la brisa sacudiendo las hojas de los árboles. Cae como las gotas de agua sobre la piedra haciendo imperceptible pero tenazmente un hueco. Arranca rocas y árboles en las montañas altas arrojándolos ladera abajo. O no apaga la última brasa que queda al final de la lumbre.

Sostiene la verdad, incluso cuando esa verdad es lo que nos quiebra o lo que nos hace vulnerables.

Enfrenta la victoria y la derrota, lo ganado y lo perdido, y no aparta la mirada.

Es lo que es.

Toma para sí la precisión de quien maneja el bisturí, el cuidado protector de los brazos de nuestros padres, la serena y controlada concentración con que se desactiva una bomba, el encanto ‘brillibrilli’ de la inflamable purpurina, el foco diáfano de la sobriedad, la sensibilidad del oído que percibe hasta lo mínimo, la reciedumbre de la voz que se alza para ser escuchada con claridad, la potencia del cuerpo que se apresta a la lucha, la delicadeza de la caricia…

Convoca a la inteligencia, al corazón, al cuerpo, al instinto y al alma.

Busca el cauce.

Construye y destruye. Golpea y cura. Se afirma y flaquea. Persiste y se rinde. Camina y baila.

Contiene lo masculino, lo femenino y lo que no tiene nada que ver con ninguna de las dos cosas. Todo en un solo frasco.

Es cambiante para poder ser fuerza.

Y la columna vertebral que la sustenta permanece inalterada e inalterable para poder así vivir en plenitud, exponiéndonos a no sobrevivir a lo que en este momento llamamos vida, como sin duda sucederá en un momento u otro y quizá incluso en sucesivas muertes.

La esencia.

Marian Quintillá