Pintura de Christian Schloe

Pintura de Christian Schloe

Queridos amigos.

A dos semanas para la 18ª edición del taller de «El Guerrero Interior», en el Institut Gestalt (Barcelona), el grupo está casi hecho. Quedan las últimas plazas para los que se deciden al final. Mientras vemos acercarse el encuentro, nos detenemos en este fragmento acerca de la batalla del Guerrero, la claridad, el dominio y la constancia necesarios para acabar la guerra y lograr la paz:

 

«Nunca olvides, guerrero, que NINGÚN SER HUMANO, NI SIQUIERA QUIEN TE LLAMA ENEMIGO, ESTÁ SEPARADO DE TI. 

Empezamos a vivir antes de saber nada. Acabamos sabiendo muy poco. Con suerte, que somos ignorantes y que necesitamos. Con suerte, que a pesar de las renuncias y los peligros podemos amar y que el amor nos compensa con tal abundancia que sepulta peligros y renuncias.

A la guerra, van gentes de buen corazón llenas de aún mejores razones. Al luchar contra ellas, no luchas contra los malvados. Ni siquiera contra seres errados que estén más errados que tú.

Nunca olvides, guerrero, que LA BATALLA DEL GUERRERO NO TRAE GLORIA, SINO UNA ENTREGA SENCILLA E INCOMPRENSIBLE.  La gloriosa es la batalla de los justicieros, de los adalides que creen que el remedio está en nosotros sí, los otros no. Eso inflama, hincha, arrastra, desata a la bestia que quién sabe cómo mantenemos vestida con ropa y zapatos durante los días laborables. Poca gente se puede resistir.

LA PAZ, APENAS LA QUIERE NADIE. Es la victoria lo que todos ansiamos.

Sin embargo, no olvides que la vida va siguiendo sus ciclos y que la conquista de hoy no es más que la semilla de la guerra futura. PARA PONER LOS CIMIENTOS DE LA PAZ, NO HA DE HABER CONQUISTA DE NADA NI DE NADIE NI MÁS VICTORIA QUE LA DEL ENCUENTRO. 

ANTES DE LEVANTARTE PARA FINALIZAR LA GUERRA, VAS A TENER QUE SABER SI TÚ MISMO QUIERES LA PAZ.» 

 

Taller Monográfico «El Guerrero Interior»:

8, 9 y 10 de noviembre en el Institut Gestalt de Barcelona.

https://www.institutgestalt.com/pro…/el-guerrero-interior-2/

Impartido por Rosa Creixell y Marian Quintillá.