El Salto del Corazón
Es dífícil tener corazón. A las primeras de cambio, lo sustituimos por las tripas y ni siquiera nos damos cuenta. Al fin y al cabo, todo sabe a pasión. Pero no se parece en nada. En nada. Sólo cuando estamos locos confundimos los sabores. Se puede tener a la vez corazón y miedo, pero no sacar el corazón del miedo porque correr tamaño riesgo con consciencia sólo puede apoyarse en el amor.