El ángel desconcertado (Cuento de Navidad)
Y por tercera vez, de un modo cada vez más inexplicable, el ángel se tendió sobre sus corazones temblorosos e imaginó con ansia cómo sería andar la vida con tal fragilidad milagrosa. Sólo una hora. Deseó ser humano sólo una hora para comprender, para palpar, aquella esencia tan emocionante.