Las mujeres «modernas» parecen estar convencidas de que la realización personal pasa por encontrar a la pareja perfecta, por ejercer una profesión, por tener además una vida más allá del cuidado de los hijos, con un cuerpo de medidas similares a las de las modelos que desfilan ante nuestros ojos día a día… Antes nos conformábamos con ser una única cosa. buena madre, buena profesional, buena deportista, buena amante… en la actualidad tenemos que ser las mejores en todos los ámbitos. Para llegar a todos estos objetivos, sólo hay una posibilidad: desconectarse del cuerpo y, por tanto, del instinto, planificar y convertirse en un soldado disciplinado. El número de actividades que realizamos se multiplica y hay que estar ahí. Dejamos de estar presentes para poder llegar a todo y nos dejamos la vida persiguiendo la perfección y el éxito. No hay tiempo para la contemplación ni para saborear las vivencias, se pasa de una actividad a otra. Se reducen los espacios para descansar y relajarse. Básicamente el ser humano – y la mujer en particular – ha perdido el contacto con la naturaleza y sus ciclos, procesos y tiempos.»
MIREIA DARDER. Nacidas para el placer: instinto y sexualidad en la mujer.
Esto es muy cierto, las mujeres modernas ya no dependen en lo absoluto de nosotros los hombres, son cada vez más independientes y seguras de si mismas, cada vez ocupan cargos de mas responsabilidad y hacen tantas cosas a la vez que nos acaban dejando un poco de lado a los maridos. Yo a veces me he llegado a sentir celosísimo de ver que mi esposa es una mujer tan independiente y moderna, pero creo que esto es algo imparable, las mujeres de hoy ya no son como las antes. Aquellas mujeres que dependían de los hombres, muchas no trabajaban y que eran celosas con sus maridos son cosa del pasado, nos guste o no a los hombres. Ahora somos nosotros quienes deberíamos también cambiar, aprender de las mujeres, dejar que ellas sean libres, ser menos celosos y posesivos con ellas, intentar ser nosotros también modernos, aunque me parece que este cambio será bastante más difícil ennlos hombres.
Hola, Jorge.
Gracias por tu comentario.
Sí que es cierto que en relativamente pocos años ha habido un gran cambio en todo esto que describes.
Tal como yo entiendo el texto de Mireia, ella pone atención en el precio que este cambio, en la forma en la que ha tenido lugar, nos está costando. Ojalá tanto nosotras como vosotros logremos ser más libres y más plenos estando al mismo tiempo relajados y en contacto con el cuerpo, el placer, el instinto, la intuición, la fuerza de la vida…
Mucha suerte.
Hola Jorge:
Ante todo, bienvenido a nuestra página y gracias por tu comentario.
En mi opinión, este texto de Mireia hace referencia a un aspecto dentro de los numerosos cambios que llevan décadas produciéndose en nuestra sociedad en su conjunto y que, inevitablemente, nos afectan a todos, ya seamos hombres o mujeres. Como ya apunta Marian, estos cambios han supuesto algunos logros pero también altos precios y pienso que ahí entramos todos. Otra cosa es que, tal y como yo lo entiendo, ella hace su análisis desde el punto de vista de las mujeres y basado, fundamentalmente, en su propia experiencia como tal.
Permíteme aprovechar tu comentario para hacer una reflexión personal, debido a que últimamente he escuchado palabras similares a las tuyas en boca de muchos hombres. Personalmente, yo no veo en estos cambios el más mínimo desafío ni ninguna necesidad de aprender de ellas. No creo que se trate de ninguna carrera hacia la independencia ni hacia la seguridad en uno mismo. En definitiva, esto sólo nos devolvería a una vieja lucha de sexos que nunca ha llevado a ninguna parte sino al desencuentro y a la soledad (y que es, precisamente, uno de los precios a los que apuntábamos antes). Yo, como hombre, creo tener bastante claro que el retorno hacia la esencia del que, en definitiva, Mireia trata en su libro, es algo que nos toca a todos, seamos hombres o mujeres, jóvenes o viejos, cada uno a su manera. Y que, en cuestión de sexos, la única carrera que realmente merece la pena es aquella en la que por fin lleguemos a encontrarnos los unos con las otras.
Parafraseando a Luis Eduardo Aute:
«Ese viaje hacia la nada que consiste en encontrar, en tu mirada, la belleza»
Un saludo,
David
Muy realista, me siento identificada con mucho de lo que menciona, muy bueno.