Hace unos meses, publicábamos una entrada con una de las mejores canciones de la que ha sido mi banda de rock favorita durante los últimos 30 años. Lo hice movido por el profundo y bello significado de esta canción pero también por el respeto y admiración que siento hacia estos tres músicos, tanto por su brillante carrera, como por la pasión, amor y dedicación con que se han conducido a lo largo de la misma. En aquel momento me limité a aportar la traducción del estribillo, a falta de un buen vídeo que hiciera merecer un subtitulado completo.

Hace tan solo unos meses tuve la ocasión de viajar a Berlín para verlos tocar en directo por primera vez en mi vida. Un momento tantas veces soñado y otras tantas aplazado… hasta entonces. Ni que decir tiene que fue un momento mágico en el que, además de la presencia de la banda en sí misma, me encontré con una puesta en escena impecablemente cuidada, con una infografía tan brillante como delicada y, como guinda, el acompañamiento de una sección de cuerda durante la parte más sinfónica del concierto. El resultado fue de una belleza y de un lirismo verdaderamente sobrecogedores.

A un mes de la publicación en DVD del concierto de esta gira, la productora ha presentado, a modo de preestreno, el fragmento del concierto correspondiente, precisamente, a la canción a la que me refería al principio, dándome la excusa perfecta para traducirla y subtitularla entera. Es un placer para mí compartir con todos vosotros este momento tan especial.

Verdaderamente, ésta es sin duda la medida de una vida.