La expresión «short bus» se refiere al típico autobús escolar amarillo de las poblaciones americanas pero más corto que el normal. Está destinado a los alumnos con discapacidad o que se considera que necesitan una atención especial y que, por lo tanto, no pueden ir en el mismo autobús que el resto de sus compañeros. Al tratarse de un número reducido de alumnos, su autobús es notablemente más pequeño. Como era de esperar, esta expresión en seguida sirvió para distinguir a todos esos tarados y raros que no tienen sitio junto a la gente normal y a los que se distingue de lejos por lo llamativo de su autobús.
Esta es la bellísima secuencia final de la película Shortbus, un dionisiaco canto a la aceptación de uno mismo sin pretender ser otra cosa que lo que realmente se es: otro tarado, cada uno a su manera, particular y dolorosamente personal.
Y si hay quien alcance un cierto grado de madurez personal sin llegar a encontrarse en la encrucijada de si reconoce o no al tarado dentro de sí, que tire la primera piedra. El resto, viajamos en «short bus».
David Magriñá
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