Unas palabras de hace muchos años antes de entrar en los últimos días del tiempo de Navidad…
«- Puede que haya muchas cosas buenas de las que no he sacado provecho – replicó el sobrino – entre ellas la Navidad. Pero estoy seguro de que al llegar la Navidad, aparte de la veneración debida a su sagrado nombre y a su origen, si es que eso se puede apartar, siempre he pensado que son unas fechas deliciosas, un tiempo de perdón, de afecto, de caridad; el único momento que conozco en el largo calendario del año, en que los hombres y mujeres parecen haberse puesto de acuerdo para abrir libremente sus cerrados corazones y para considerar a la gente que está por debajo de ellos como compañeros de viaje hacia la tumba y no como seres de otra especie embarcados con otro destino. Y por tanto, tío, aunque nunca ha puesto en mis bolsillos ni un gramo de oro ni de plata, creo que sí que me ha aprovechado y me seguirá aprovechando; por eso digo: ¡bendita sea!»
CHARLES DICKENS. Canción de Navidad (1843)
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