Amantes cobardes
Si la abuela de Oskar Schell ("Tan fuerte, tan cerca") hubiera seguido el consejo de Marta Fernández y le hubiera transmitido con éxito a su nieto el mensaje "No te enamores de cobardes", habría contribuido a cerrarnos los caminos al amor porque, ¿quién merecería, entonces, ser amado?. Sin embargo, le dice otra cosa mucho más real y quizá hasta más útil: "Lamento que haga falta una vida para aprender a vivir, Oskar, porque si pudiera volver a vivir mi vida, haría las cosas de manera distinta". Pero es que, para aprender a vivir, hace falta una vida, y esa desconcertante evidencia forma parte del misterio de la vida misma.