En la oscuridad
Nunca hace falta más disciplina que en tiempo de paz. Por eso, ella sigue explorando en el ver y no ver, perdiendo el terreno de lo acostumbrado para conocer con más profundidad. Torpemente, al principio. Arriesgándose a no ver llegar. Descubriendo cuánto puede captar que le pasaba desapercibido, cuanto puede centrar que se le dispersaba sin remedio. Buscando tomar, al fin, la capacidad de ver las cosas como son.