Tikún Olam. La Reparación y la Mirada
Si la mirada no se cura, nada se cura. Y la mirada abarca el pasado, el presente y el futuro. La mirada de amor nos cura y cura al mundo. Pero, si la mirada está enferma, todo se vuelve hostil y deformado, dentro y fuera de nosotros. El Guerrero no ve monstruos, personajes ni parodias: ve gente de verdad. Verla es la única manera de encontrarse con ella, de volverse real en un mundo real y salir así de un cuento de fantasmas. Y es con la realidad y con la gente con quien se puede levantar la paz.