Sin juego se seca el alma

Joaquín Blix

JUGANDO…
aprendo y me construyo
expreso y me libero
exploro y me asombro
represento y me doy cuenta
experimento y me reafirmo
ensayo y me relaciono
imagino y me descubro a mi mismo
comprendo y encuentro sentido…

¿Te acuerdas de tu propia infancia? De esos momentos sin preocupaciones, cuando un solo día parecía una eternidad y podías dedicarte a lo que más te gustaba – jugar. Es porque el juego es el lenguaje natural del niño. Es su medio de autoexpresarse y su modo de relacionarse con el mundo exterior para experimentar las posibilidades que le parecen oportunas e interesantes, para crecer de manera holística. Todas sus vivencias y deseos profundos se expresan cuando un niño se pone a jugar. Si algo se mueve dentro de él, sigue este impulso sano y busca una manera consciente o inconsciente para regular su interior respecto al exterior.

Pero a veces se queda estancado y se pone triste u obsesivo, inquieto o agresivo por no encontrar la salida de lo que le preocupa.

En la terapia de juego se le ofrece al niño un espacio lúdico y cálido para que pueda, a través del juego, ejercer su libertad de ensayar lo posible y lo inédito para resolver conflictos de modo natural.

El terapeuta de juego le acompaña en este proceso y pone a su disposición el material y diversas técnicas, tales como juegos de expresión corporal, técnicas plásticas expresivas, música, caja de arena, marionetas, juego de dramatización, meditación, danza, etc.

Niños que pueden beneficiarse de la terapia de juego

Niños con baja autoestima, miedos excesivos, estados de enfado continuo, preocupaciones, angustia, inseguridad, retraimiento. Comportamientos que se consideran inmaduros para la edad del niño. Amigos imaginarios, terrores nocturnos. Problemas de hiperactividad. Somatizaciones o síntomas físicos que no tengan una causa médica. Dificultad para ajustarse a los cambios familiares. Depresión. Que hable de que no quiere vivir.

Es especialmente recomendable para niños que han experimentado traumas de diferente origen: de nacimiento o post-natal. Maltrato físico, emocional o sexual. Ser testigo de violencia familiar o social. Acoso. Ser testigo de maltrato a otros niños. Negligencia y abandono. Pérdidas y duelos no terminados. La muerte de algún miembro de la familia o amigo. Divorcio o separación de los padres. Adopción. Hospitalización. Accidentes. Procedimientos médicos dolorosos o atemorizantes. Enfermedades crónicas o terminales.

También es muy útil como parte de un tratamiento interdisciplinario en los casos de:

  • Déficit de Atención e Hiperactividad.
  • Trastornos del Vínculo y carencias afectivas.
  • Trastornos de Personalidad y Trastornos Psicóticos.
  • Y en varios Trastornos Generalizados del Desarrollo.

Contacto: Andrea Girten, andrea@lacasadegestalt.es – 697 409 182

Terapeuta de Juego y Arteterapeuta